¿La llegada del bebé ha provocado más discusiones y peleas en tu pareja? ¿Alguna vez has sentido (o sigues sintiendo) incomprensión o frustración? ¿Crees que tu pareja y tú ya no os entendéis? No te preocupes, esta situación es muy habitual entre los nuevos padres. ¿Cuáles son las causas? ¿Se puede prevenir? ¿Qué puedes hacer para superarla? A continuación te explicamos todo lo que necesitas saber para comprender tu situación y orientarte en esta nueva vida familiar.
Motivos por los que las parejas se pelean más después de tener un bebé
Los loquios, los dolores posteriores y, en ocasiones, la tristeza posparto no son las únicas malas sorpresas tras el parto. Otro problema posparto muy extendido que aparece en los nuevos padres tras la llegada del bebé es... ¡el de las peleas!
Teniendo en cuenta que la falta de sueño es máxima para todos los padres tras el nacimiento de un bebé, no es de extrañar que el cansancio sea la principal causa de estas tensiones en la mayoría de las parejas. Sin embargo, no todos los padres vivirán esta situación de la misma manera y, en función de su duración e intensidad, puede incluso acabar en la separación. De ahí la importancia de explicar este problema, de comprender su causa y su duración, y de tratar de encontrar soluciones para superarlo de la mejor manera posible.
"Antes de tener a mi primer hijo, una amiga íntima me dijo una vez: "Prométeme que no os separaréis hasta que el bebé cumpla un año, pase lo que pase.’ En aquel momento, no entendí lo que quería decir, e incluso me pareció muy extraño. Luego nació nuestra hija, y me acordé de nuestra conversación... porque, evidentemente, me di cuenta de que mi marido y yo ya no nos entendíamos. Y más de una vez se me pasó por la cabeza la idea de dejarle. Pero aguantamos y encontramos nuestras pautas. Sin embargo, la idea de tener que volver a pasar por todo eso con un segundo hijo me asusta mucho."
Karen, 31 años, madre de Léah
¿Por qué se rompe la relación?
Los padres estarán de acuerdo, el posparto (un periodo que puede durar más de 3 años tras el nacimiento de un niño) es una auténtica montaña rusa hormonal para las madres y un trastorno emocional tanto para el padre como para la madre. Mientras la madre se recupera poco a poco del embarazo y el parto, los dos miembros de la pareja descubren sus nuevas funciones como padre y madre, y también tienen que encontrar un nuevo equilibrio vital con el bebé: bastantes retos como para desorientarse.
Si a esto se añade la falta de sueño con noches interminables, obtenemos las condiciones propicias para el nerviosismo, la falta de lucidez... ¡y la tensión!
En algunos casos, la llegada de un bebé no solo arruina las noches de los padres, sino que genera una serie de emociones que pueden provocar o agravar los conflictos en la pareja. La carga mental y la sensación de estar haciendo más de lo que les corresponde en la crianza y las tareas domésticas pueden provocar frustración en uno o ambos miembros de la pareja. Uno puede sentirse incomprendido, no suficientemente considerado, y el otro puede sentirse excluido, rechazado de una nueva relación madre-bebé o de una conexión padre-bebé fusional.
Aquí es donde es importante distinguir la pareja "romántica" de la pareja "parental". En el primer caso, la relación se basa en sentimientos románticos, en el segundo, la atención se dirige muy a menudo a los hijos, y ya no a la pareja o a uno mismo. Con un ritmo de vida diario marcado por la falta de sueño y las tareas propias de una familia, la falta de momentos románticos puede repercutir en las relaciones de pareja.
La llegada de un bebé también puede reavivar problemas de la infancia que quizá no se hayan resuelto o que se hayan querido ocultar. La decepción no viene tanto de las molestias cotidianas como de la función soñada que se esperaba de la pareja como padre o madre y que ya no cumple.
"Unos meses después del nacimiento de nuestro hijo, creo que tuvimos una crisis de pareja posparto que casi acaba en separación. Pero pensamos que no podía acabar así. Así que nos tomamos un descanso, dimos un paso atrás, hablamos mucho y nos escribimos para decirnos cómo nos sentíamos de verdad. No me había dado cuenta de que yo controlaba totalmente todo lo que tenía que ver con nuestro bebé y de que seguía culpando a mi marido por no hacer lo suficiente. Se sentía desanimado, no estaba a la altura de su nueva función de padre y se sentía excluido emocionalmente. Mientras que yo me sentía abandonada a mi suerte e incomprendida. Y nada me importaba en realidad, excepto mi hijo. Nos llevó mucho tiempo, pero conseguimos restablecer el equilibrio entre las funciones de cada uno".
Mélisa, 36 años, madre de Léon
¿Se puede prevenir la etapa de peleas después del parto?
Por supuesto. Como nos dijo Eve Simonet al hablar de su documental sobre el posparto: "El conocimiento es poder." Además de los talleres de preparación al parto y a la vida como padres (que lo ideal es hacer con tu pareja), la cita del cuarto mes con la matrona es una gran oportunidad para hablar de cómo os imagináis como pareja en vuestra nueva vida con el bebé. Es una oportunidad para hacer preguntas sobre el parto y para hablar como pareja de cómo puede ser la situación.
Puede parecer banal, pero es un primer paso hacia la vida real con el bebé: ¿cuáles serán las funciones si la madre le da el pecho en todas las comidas? ¿Cómo organizaréis las noches? Etc. Por supuesto, en este momento solo serán opiniones y la realidad puede ser diferente una vez que nazca el bebé. Aun así, es una forma de abordar el tema y un buen momento para conocer la opinión de tu pareja, con calma... antes del nacimiento.
¿Cómo superar la etapa de las peleas?
Los dos "instrumentos" que pueden ayudarte a salir de esta situación son: el diálogo y las medidas concretas.
Mejora la comunicación
La comunicación parece evidente, pero cuando te encuentras en una situación tensa, puede que te resulte imposible dialogar, que te parezca demasiado tarde o que ya no se pueda superar. En estos casos, recibir la ayuda de un tercero para que el diálogo vuelva a ocupar un lugar primordial en vuestra relación puede ser clave para mejorar la situación. Sacar tiempo para hablar el uno con el otro, encontrar las palabras que expliquen los sentimientos del otro, son los primeros pasos para avanzar juntos.
Medida n.° 1 para aliviar tu vida cotidiana: busca ayuda en la familia o los amigos
Si el bebé no duerme toda la noche y tu pareja no puede relevarte tanto como te gustaría, plantéate pedir ayuda a un familiar 1 o 2 noches a la semana, durante un tiempo. O bien unas horas durante el día, para que puedas dormir y recuperarte un poco. Tener tiempo para ti mismo o para estar con tu pareja te ayudará a levantar el ánimo y a recuperar esos lazos que te hacen sentir mejor. Una comida sin interrupciones y "aún caliente" con tu pareja puede sonar muy básico, pero este momento compartido puede ayudar a reencontrarse, crear vínculos y recuperar la intimidad. Si no puedes recurrir a tu familia, mira a ver si un amigo puede echarte una mano durante unas horas. Recuerda que una pareja contenta hace un padre y una madre felices... ¡y bebés felices!
Medida n.° 2 para minimizar los conflictos: prioriza tus tareas
Es evidente que la clave para hacer la vida cotidiana más agradable es limitar la carga mental. Para evitar la sobrecarga y los consiguientes sentimientos de resentimiento, sentaos juntos y pensad en vuestras prioridades: no podréis cumplir toda la lista, pero no pasa nada. Puede parecer algo obvio, pero el hecho de pensarlo dos veces y hablarlo ayuda a estar en sintonía y evita "culpar" al otro de algo que no se ha hecho.
Medida n.° 3 para sentirse mejor: anticípate todo lo posible
Por último, a veces se pueden anticipar pequeñas cosas para facilitar el día a día, sobre todo en caso de que acabes teniendo prisa o debas hacer frente a imprevistos. Por ejemplo, puedes congelar las comidas con antelación para tener siempre algo que comer rápidamente, o pedirle a tu pareja que haga la compra o lave la ropa para que puedas descansar.
¿Esta etapa de las peleas puede acabar en divorcio?
Sí, por supuesto. Alrededor del 60 % de las parejas pasan por esta etapa de las peleas después del parto y el 20 % se separa tras ella. Ya sea en divorcio o en separación, cada vez son más los padres que deciden separarse cuando tienen un hijo pequeño. De ahí la importancia de saber que no estáis solos en esta etapa. Cuando sabemos a qué atenernos, resulta más fácil dominar la situación y superarla sin llegar a este final, que no es lo que les ocurre a la mayoría de las parejas.